2. Secuencia principal: A medida que la protoestrella continúa colapsando, comienza a acumular más y más gas y polvo. Esta acumulación aumenta la temperatura y la presión de la protoestrella, lo que eventualmente conduce a la ignición de la fusión nuclear en su núcleo. En este punto, la protoestrella se convierte en una estrella de secuencia principal y comienza a brillar con luz propia. El Sol se encuentra actualmente en su fase de secuencia principal y se espera que permanezca estable en esta fase durante varios miles de millones de años más.
3. Rama Gigante Roja: A medida que una estrella de la secuencia principal envejece, comienza a agotar el combustible de hidrógeno de su núcleo. Esto conduce a una disminución de la presión interna de la estrella, lo que hace que el núcleo se contraiga mientras las capas exteriores se expanden y enfrían. Luego, la estrella entra en la fase de rama de gigante roja (RGB) de su vida, convirtiéndose en una estrella gigante roja. Durante esta fase, la luminosidad y el radio de la estrella aumentan significativamente.
4. Colapso del núcleo y nebulosa planetaria: A medida que la estrella gigante roja evoluciona más, llega a un punto en el que ya no puede soportar su propio peso contra el colapso gravitacional. El núcleo de la estrella colapsa, mientras que las capas exteriores son expulsadas al espacio, formando una hermosa y brillante capa llamada nebulosa planetaria. El resto de la estrella, el núcleo, se convierte en una enana blanca, un objeto caliente y muy denso del tamaño de la Tierra.
5. Enana Blanca: La enana blanca es la etapa final en la evolución de una estrella similar al Sol. Consiste en el núcleo colapsado de la estrella original, compuesto principalmente de carbono y oxígeno. Con el tiempo, la enana blanca se enfría gradualmente y se desvanece hasta convertirse en una enana negra, un remanente frío y denso de lo que alguna vez fue una estrella brillante.