Membresía limitada: No todos los países son miembros de la OIEA, y algunos estados no miembros pueden no estar sujetos al mismo nivel de escrutinio y supervisión que los estados miembros. Esto puede crear lagunas en el régimen mundial de no proliferación nuclear y hacer más difícil detectar e impedir el desarrollo de armas nucleares.
Intereses nacionales en competencia: El trabajo de la OIEA puede verse afectado por intereses políticos y nacionales en competencia entre sus estados miembros. Esto puede dificultar que la agencia mantenga su independencia e imparcialidad, y puede influir en las decisiones y recomendaciones hechas por los órganos rectores de la OIEA.
Falta de recursos: El presupuesto y los recursos de la OIEA pueden ser limitados, lo que puede restringir su capacidad para llevar a cabo eficazmente su mandato y responder a los desafíos emergentes en materia de no proliferación nuclear.
Preocupaciones por la proliferación tecnológica: Algunos críticos argumentan que las inspecciones de salvaguardias y los esfuerzos de monitoreo de la OIEA pueden ayudar inadvertidamente a los países a desarrollar tecnologías nucleares que podrían usarse con fines militares, en lugar de aplicaciones pacíficas.
Riesgo de politización: Existe el riesgo de que el trabajo y la toma de decisiones de la OIEA se politicen, particularmente en los casos en que hay intereses geopolíticos en juego. Esto podría socavar la credibilidad de la agencia y su capacidad para proporcionar evaluaciones objetivas e imparciales.