Los cohetes funcionan según el principio de la tercera ley del movimiento de Newton, que establece que para cada acción, hay una reacción igual y opuesta. Cuando el motor del cohete expulsa gases calientes, experimenta una fuerza de reacción igual y opuesta, que empuja el cohete hacia adelante. La cantidad de empuje producido por el motor del cohete depende de la masa del propulsor (combustible y oxidante), la velocidad de los gases de escape y el área de la tobera del cohete.
El impulso específico de un motor de cohete es una medida de su eficiencia y se define como el empuje producido por unidad de masa de propulsor consumido. Cuanto mayor sea el impulso específico, más eficiente será el motor del cohete.
Los cohetes se utilizan para diversos fines, incluido el lanzamiento de satélites en órbita, el envío de astronautas al espacio y la exploración de otros planetas. También se utilizan para aplicaciones militares, como el lanzamiento de misiles y cohetes al espacio.