La resolución de una pantalla está determinada por la cantidad de píxeles que tiene horizontal y verticalmente. Las resoluciones más altas generalmente proporcionan imágenes más nítidas y visuales más detalladas. Sin embargo, vale la pena señalar que la resolución es sólo un aspecto de la calidad de la pantalla, y factores como la precisión del color, la relación de contraste y la frecuencia de actualización también desempeñan un papel importante a la hora de determinar el rendimiento general de una pantalla.
Diferentes fabricantes y productos pueden tener diferentes fortalezas y debilidades en términos de calidad de visualización, por lo que siempre es una buena idea comparar y evaluar múltiples opciones antes de tomar una decisión basada únicamente en las especificaciones de resolución.