Más específicamente, 128 bits significa que la interfaz de memoria tiene 128 bits de ancho, lo que permite transferir 128 bits de datos simultáneamente. Esto contrasta con las interfaces de memoria más estrechas, como las de 64 o 32 bits, que permiten transferir menos bits de datos a la vez.
Cuanto más amplia sea la interfaz de memoria, más datos se podrán transferir entre la GPU y la memoria de la tarjeta de video, y más rápido podrá procesar los datos la tarjeta de video. Esto puede dar como resultado un rendimiento mejorado en aplicaciones con uso intensivo de gráficos, como juegos, edición de video y modelado 3D.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que el ancho de la interfaz de memoria es sólo un factor que afecta el rendimiento de la tarjeta de video. Otros factores, como la velocidad del reloj de la GPU, la velocidad de la memoria y el sistema de refrigeración, también influyen.