Hay algunas razones por las que es posible que desee reiniciar un servidor. Una razón es actualizar el sistema operativo o instalar nuevo software. Otra razón es solucionar problemas con el servidor. Por ejemplo, reiniciar el servidor a veces puede resolver fallas del sistema, pérdidas de memoria o problemas de red.
Cuando reinicia un servidor, pasará por una serie de pasos, que incluyen:
1. Apagar el sistema operativo. Se detendrán todos los procesos en ejecución y se desconectarán todas las sesiones de usuario.
2. Eliminar cualquier operación de E/S activa. Esto garantiza que todos los datos se escriban en el disco antes de que se apague el servidor.
3. Desmontar cualquier sistema de archivos montado. Esto evita que el kernel acceda a sistemas de archivos de solo lectura, lo que impediría que se ejecute una nueva instancia del cargador de arranque.
4. Detener el kernel. El kernel se detendrá y liberará el control de la CPU.
5. Reiniciar el servidor. El firmware inicializará el hardware del servidor e iniciará el cargador de arranque. El cargador de arranque encontrará y cargará el kernel de Linux, que luego se hará cargo e iniciará el sistema.
El proceso de reinicio de un servidor puede tardar desde unos segundos hasta unos minutos, dependiendo de cómo esté configurado el servidor.
Es importante reiniciar un servidor en el momento adecuado. Reiniciar un servidor en momentos aleatorios puede provocar una variedad de problemas, incluidos datos corruptos, errores del sistema de archivos y problemas de rendimiento. Normalmente es mejor reiniciar un servidor durante una ventana de mantenimiento cuando hay poca o ninguna actividad del usuario.