1. Reinicie su computadora. Esto puede parecer una solución sencilla, pero a menudo puede solucionar problemas menores como un cursor congelado.
2. Comprueba tu ratón. Asegúrese de que su mouse esté correctamente conectado a su computadora y que las baterías estén colocadas correctamente, si es un mouse inalámbrico.
3. Actualice los controladores de su mouse. Los controladores de mouse obsoletos a veces pueden causar problemas con el cursor, así que asegúrese de tener instalados los controladores más recientes.
4. Desactive cualquier programa o servicio instalado recientemente. Si instaló recientemente un nuevo programa o servicio, intente deshabilitarlo para ver si eso soluciona el problema.
5. Ejecute un análisis de malware. A veces, el malware puede causar problemas con el cursor, por lo que es una buena idea ejecutar un análisis de malware para asegurarse de que su computadora esté libre de software malicioso.
Si ha probado todo lo anterior y aún tiene el problema, es posible que deba comunicarse con el fabricante de su computadora o con un técnico calificado para obtener más ayuda.