Las víboras, como muchas otras serpientes, tienen un órgano especializado llamado órgano foso, que es sensible a la radiación infrarroja. Este órgano está ubicado en el costado de la cabeza de la serpiente y consta de un grupo de células sensibles al calor. Cuando un ratón u otra presa de sangre caliente está cerca, el órgano foso puede detectar la diferencia de temperatura y enviar una señal al cerebro de la serpiente, permitiéndole atacar con precisión incluso en completa oscuridad.