Comportamiento: Las ratas y los ratones tienen diferencias de comportamiento inherentes que pueden provocar conflictos y posibles agresiones. Las ratas tienden a ser más sociales y a formar jerarquías dentro de sus grupos, mientras que los ratones son más territoriales y pueden actuar agresivamente entre sí. Alojar ratas y ratones juntos puede aumentar los niveles de estrés y provocar lesiones o incluso muertes.
Tamaño y dieta: Las ratas son generalmente más grandes que los ratones y pueden percibirlas como presas, lo que lleva a posibles intentos de depredación. Además, las ratas y los ratones tienen diferentes necesidades nutricionales, lo que puede dificultar el suministro de una dieta equilibrada que se adapte a ambas especies en el mismo recinto.
Riesgos para la salud: Las ratas y los ratones pueden portar diferentes parásitos y enfermedades que pueden ser transmisibles entre especies. Su alojamiento conjunto aumenta el riesgo de transmisión, lo que podría provocar problemas de salud para ambos animales.
Escapar: Las ratas son criaturas inteligentes que son conocidas por su capacidad para escapar de los recintos y también pueden masticar materiales. Alojarlos junto con ratones puede aumentar las posibilidades de escape, ya que los ratones pueden seguir los caminos de las ratas o explotar los puntos debilitados.
Por lo tanto, generalmente se recomienda mantener a las ratas y los ratones separados para su bienestar y para evitar posibles problemas relacionados con el comportamiento, la salud y la seguridad.