Este proverbio se utiliza a menudo con humor para describir el comportamiento de los niños que se vuelven traviesos cuando sus padres no están cerca. Sin embargo, también se puede utilizar para describir situaciones más graves, como trabajadores de oficina que holgazanean cuando su jefe está fuera de la ciudad o estudiantes que copian en los exámenes cuando su profesor no está presente.
El proverbio nos recuerda que no debemos tomar nuestras responsabilidades a la ligera y que siempre debemos ser conscientes de las consecuencias de nuestras acciones. Aunque puede resultar tentador hacer algunas travesuras cuando no nos vigilan, debemos recordar que eventualmente tendremos que afrontar la situación.