Las ratas tienen un sentido del olfato excepcional. Sus bulbos olfatorios, que se encargan de procesar los olores, son proporcionalmente más grandes que los de los humanos. Pueden detectar olores en concentraciones mucho más bajas que los humanos y pueden distinguir entre una amplia variedad de olores. Este agudo sentido del olfato es crucial para encontrar comida, evitar a los depredadores y comunicarse con otras ratas.
Sentido del oído:
Las ratas tienen una excelente capacidad auditiva. Sus oídos están diseñados para captar una amplia gama de frecuencias, incluidos sonidos ultrasónicos que están más allá del alcance del oído humano. Esto les permite detectar sonidos agudos producidos por depredadores, como búhos y serpientes. Las ratas también pueden mover sus oídos de forma independiente, lo que les ayuda a identificar con precisión la fuente de un sonido.
Sentido del tacto:
Las ratas tienen un sentido del tacto muy desarrollado, mediado por bigotes sensibles y pelos protectores en su cuerpo. Estos bigotes abundan alrededor de la nariz, la boca y encima de los ojos, lo que les proporciona información detallada sobre su entorno. Usan sus bigotes para navegar en ambientes oscuros o desordenados y para detectar obstáculos o cambios en la textura de la superficie.
Sentido del Gusto:
Las ratas tienen un buen sentido del gusto y sus preferencias pueden verse influenciadas por varios factores como el sabor, la textura y la temperatura. Tienen papilas gustativas en la lengua y el paladar, que les permiten distinguir entre diferentes sabores, incluidos el dulce, el ácido, el amargo y el salado.
Sentido de la Vista:
Las ratas tienen una vista relativamente pobre en comparación con otros sentidos. Son dicromáticos, lo que significa que sólo pueden percibir una gama limitada de colores y son menos sensibles a ciertos tonos, incluidos el rojo y el verde. Su visión se adapta mejor a condiciones de poca luz y es particularmente sensible al movimiento.
En general, las ratas tienen una combinación de sentidos altamente desarrollados, incluido un sentido del olfato excepcional, una audición excelente, capacidades táctiles sensibles y un sentido del gusto razonable. Su visión limitada se compensa con otras fortalezas sensoriales que les permiten navegar y sobrevivir en su entorno de manera efectiva.