En ficción, un agujero de memoria es un concepto de alteración o fabricación de eventos históricos controlada por el gobierno, como el cambio de eventos, hechos y figuras históricos importantes. El uso de agujeros de memoria a menudo sirve para manipular o controlar la opinión pública, particularmente en la literatura distópica. Se pueden ver ejemplos de agujeros de memoria en "1984" de George Orwell, donde el Ministerio de la Verdad es responsable de alterar los registros históricos para mantener el poder del partido, y en "Harrison Bergeron" de Kurt Vonnegut, donde el General Handicapper utiliza tecnología para borrar memorias y hacer cumplir la estricta igualdad entre los ciudadanos.