Los módems externos se utilizan para conectar una computadora a Internet a través de una línea telefónica. Funcionan convirtiendo datos digitales de la computadora en señales analógicas que pueden transmitirse a través de la línea telefónica. El módem en el otro extremo de la conexión convierte las señales analógicas nuevamente en datos digitales, que luego pueden enviarse a Internet.
Los módems externos ya no son tan comunes como antes, ya que la mayoría de las computadoras ahora vienen con módems incorporados. Sin embargo, algunas personas todavía utilizan módems externos porque ofrecen una conexión más confiable que los módems inalámbricos.