La placa base se monta en la carcasa mediante pequeños conectores llamados separadores. Se trata de pequeños cilindros roscados que fijan la placa base a la carcasa. Por lo general, están hechos de metal o plástico y están disponibles en varias longitudes. Los separadores se instalan enroscándolos en los orificios de montaje de la placa base y luego asegurándolos con un destornillador u otra herramienta.