1. Rentabilidad: Los gráficos integrados suelen ser más asequibles que las tarjetas gráficas dedicadas, lo que las convierte en una opción rentable para los usuarios que no necesitan un rendimiento gráfico de alta gama.
2. Consumo de energía reducido: Los gráficos integrados suelen consumir menos energía que las tarjetas gráficas dedicadas, lo que puede resultar beneficioso para portátiles y otros dispositivos portátiles donde la duración de la batería es una preocupación.
3. Factor de forma compacto: Debido a que están integrados en la placa base, los gráficos integrados no requieren espacio adicional en la carcasa de la computadora. Esto los hace ideales para sistemas compactos o construcciones de factor de forma pequeño (SFF).
4. Solución de problemas simplificada: Dado que el hardware de gráficos está integrado en la placa base, solucionar cualquier problema gráfico se vuelve más fácil al eliminar la posibilidad de problemas de compatibilidad con una tarjeta gráfica dedicada.
5. Menos desorden: Con los gráficos integrados, no hay necesidad de cables ni conexiones de alimentación adicionales a la tarjeta gráfica, lo que reduce el desorden de cables dentro de la carcasa de la computadora.
6. Funcionamiento silencioso: Las soluciones de gráficos integrados generalmente no requieren soluciones de refrigeración dedicadas como ventiladores, lo que las hace más silenciosas que los sistemas con tarjetas gráficas dedicadas.
7. Adecuado para tareas básicas: Para tareas cotidianas como navegación web, correo electrónico, procesamiento de textos y multimedia básica, el rendimiento de los gráficos integrados suele ser suficiente.
8. Seguridad mejorada: Dado que el hardware de gráficos está estrechamente integrado con la placa base, existe un riesgo reducido de robo o manipulación en comparación con las tarjetas gráficas dedicadas.
Sin embargo, vale la pena señalar que las tarjetas de video integradas generalmente son menos potentes que las tarjetas gráficas dedicadas y pueden no ser adecuadas para juegos u otras tareas con uso intensivo de gráficos. Para los usuarios que requieren un alto rendimiento gráfico, una tarjeta gráfica dedicada suele ser la mejor opción.
En general, las ventajas de tener tarjetas de video integradas en una placa base incluyen rentabilidad, consumo de energía reducido, un factor de forma compacto, solución de problemas simplificada, menos desorden, funcionamiento silencioso, idoneidad para tareas básicas y seguridad mejorada.