El consumo de energía de una placa base varía según el modelo específico y los componentes instalados. Generalmente, una placa base sin ningún componente instalado consume entre 10 y 20 vatios. Sin embargo, cuando todos los componentes están instalados, como la CPU, la RAM, el almacenamiento y la tarjeta gráfica, el consumo de energía puede aumentar significativamente. Una PC para juegos típica con una placa base de alta gama puede consumir entre 300 y 500 vatios, mientras que una PC económica con una placa base básica puede consumir entre 100 y 200 vatios.