1. Usar una SSD (unidad de estado sólido) como dispositivo de almacenamiento principal. Los SSD no experimentan fragmentación de la misma manera que los HDD (unidades de disco duro) tradicionales.
2. Ejecutando Windows 10 o posterior. Windows 10 y versiones posteriores tienen programadores de desfragmentación automática integrados que optimizan periódicamente su disco duro sin requerir intervención manual.