En un cortocircuito, se produce una conexión no deseada entre dos o más puntos de un circuito, creando un flujo de corriente excesivo. Esto puede provocar un sobrecalentamiento y potencialmente quemar los componentes afectados. Dependiendo del diseño del circuito y de la corriente involucrada, algunos componentes pueden no verse afectados, mientras que otros pueden sufrir daños permanentes.
La placa base, que sirve como placa de circuito central de una computadora, es particularmente vulnerable durante un cortocircuito. Contiene componentes esenciales como el zócalo de la CPU, ranuras de RAM y varios chips para gestionar el flujo de datos y la comunicación. Si se produce un cortocircuito en la placa base, puede dañar potencialmente la CPU, la RAM y otros componentes conectados a ella.
La CPU (unidad central de procesamiento), al ser un chip delicado e intrincado, también está en riesgo. Si el cortocircuito afecta la fuente de alimentación de la CPU o los circuitos internos, puede provocar daños permanentes y requerir un reemplazo.
Los módulos RAM (memoria de acceso aleatorio) también pueden verse afectados. El sobrecalentamiento o las sobretensiones eléctricas causadas por un cortocircuito pueden dañar o destruir los datos almacenados en la RAM, lo que provoca pérdida de datos o mal funcionamiento inesperado del sistema.
Los dispositivos de almacenamiento, como las unidades de disco duro (HDD) o las unidades de estado sólido (SSD), pueden sufrir daños si se produce un cortocircuito en su fuente de alimentación o en sus interfaces de transferencia de datos. Esto puede provocar daños en los datos, pérdida de capacidad de almacenamiento o incluso un fallo total del dispositivo.
Otros periféricos, incluidas las tarjetas gráficas, las tarjetas de sonido y las tarjetas de red, también pueden sufrir daños en caso de un cortocircuito. Si un aumento de corriente fluye a través de estos componentes, pueden dañarse o funcionar mal de forma permanente, lo que requerirá reemplazos.
Es esencial tener en cuenta que no todos los cortocircuitos provocarán daños catastróficos. A veces, las funciones de seguridad integradas en el circuito, como fusibles o protectores contra sobretensiones, pueden mitigar el impacto y evitar consecuencias graves. Sin embargo, en ciertos escenarios, un cortocircuito puede provocar la falla de múltiples componentes, lo que requiere reparaciones extensas o un reemplazo completo del sistema.