Razones:
1. Tolerancia a fallos: Las computadoras mainframe incorporan varios mecanismos de tolerancia a fallas y componentes redundantes para minimizar el impacto de las fallas de hardware. Las supercomputadoras, si bien están diseñadas para un alto rendimiento, pueden priorizar la velocidad sobre la redundancia, lo que las hace más vulnerables a fallas de los componentes.
2. Comprobación y corrección de errores: Las computadoras centrales suelen emplear técnicas sólidas de verificación y corrección de errores para detectar y rectificar errores en los datos, la memoria y las operaciones de procesamiento. Las supercomputadoras podrían enfatizar el rendimiento bruto, lo que podría aumentar las posibilidades de errores no detectados.
3. Operación continua: Los mainframes están diseñados para funcionar ininterrumpidamente durante períodos prolongados y tienen características como degradación elegante e intercambio en caliente de hardware para facilitar el mantenimiento sin interrupciones del servicio. Las supercomputadoras, por otro lado, pueden requerir un mantenimiento más regular y tiempos de inactividad.
4. Pruebas exhaustivas y control de calidad: Los fabricantes de mainframes, como IBM con su zSeries, tienen décadas de experiencia e invierten mucho en pruebas rigurosas y procesos de control de calidad. Cumplen estrictos estándares industriales y se someten a rigurosas certificaciones para garantizar la máxima confiabilidad.
5. Historial empresarial establecido: Las computadoras mainframe tienen una larga historia de confiabilidad comprobada en entornos empresariales, particularmente en sectores como la banca, las finanzas, la atención médica y el gobierno, donde la disponibilidad ininterrumpida es fundamental. Las supercomputadoras se utilizan comúnmente para investigación especializada, cálculos científicos y modelado y es posible que no tengan el mismo nivel de experiencia en confiabilidad de nivel empresarial.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que la confiabilidad se ve influenciada por varios factores, como implementaciones de hardware específicas, configuraciones del sistema, demandas de carga de trabajo y prácticas de mantenimiento. Tanto las supercomputadoras como las mainframes pueden ofrecer niveles excepcionalmente altos de confiabilidad cuando se diseñan y administran adecuadamente. Sin embargo, dadas sus filosofías de diseño y su trayectoria, los mainframes suelen tener una ventaja en términos de confiabilidad absoluta en entornos de misión crítica y de alta disponibilidad.