Un sistema distribuido es un grupo de computadoras que están conectadas entre sí y funcionan juntas como un solo sistema. Este tipo de sistema es ideal para la informática a gran escala porque puede distribuir la carga de trabajo entre varias computadoras, lo que puede mejorar el rendimiento y la confiabilidad.
En un sistema distribuido, cada computadora tiene su propia memoria y CPU, y puede comunicarse con las otras computadoras del sistema. Esto permite el procesamiento paralelo, lo que puede acelerar significativamente el procesamiento de grandes cantidades de datos.
Además, los sistemas distribuidos son relativamente resistentes a errores y fallas. Si una computadora del sistema falla, las otras computadoras pueden asumir la carga de trabajo, lo que ayuda a mantener el sistema funcionando sin problemas.
Debido a estas ventajas, los sistemas distribuidos se utilizan a menudo para informática de alto rendimiento, procesamiento de datos y otras tareas informáticas a gran escala.