Los controles remotos y los receptores están diseñados para funcionar en frecuencias específicas para garantizar una comunicación adecuada y evitar interferencias con otros dispositivos. El uso de un control remoto con una frecuencia diferente puede resultar en un alcance reducido, un rendimiento poco confiable o incluso una falla total en la comunicación con el receptor.
Aquí hay una explicación simplificada de por qué el uso de diferentes frecuencias puede causar problemas:
- Frecuencia no coincidente: Los controles remotos y los receptores están sintonizados para resonar en frecuencias específicas. Cuando un control remoto transmite una señal en una frecuencia diferente, es posible que el receptor no pueda detectar o decodificar la señal correctamente, lo que genera problemas de comunicación.
- Interferencia: El uso de un control remoto con una frecuencia cercana puede introducir interferencias. Si otros dispositivos funcionan en frecuencias similares, pueden interferir con la comunicación entre el control remoto y el receptor, provocando fallas esporádicas o una confiabilidad reducida.
- Rango reducido: Incluso si existe algún nivel de comunicación entre el control remoto y el receptor, el uso de una frecuencia diferente puede resultar en un rango reducido en comparación con la frecuencia prevista.
Para garantizar un rendimiento y una confiabilidad óptimos, se recomienda utilizar el control remoto especificado para el requisito de 300 MHz. Alternativamente, puede consultar con el fabricante o un técnico calificado para determinar si existen opciones compatibles o si se pueden realizar modificaciones para admitir el control remoto de 310 MHz.