Por lo general, no se recomienda emparejar una fuente de alimentación de 350 vatios con una tarjeta de vatios mínimos, ya que es posible que no pueda proporcionar suficiente energía a la tarjeta y podría causar daños a los componentes. Las tarjetas de vatios mínimos suelen requerir más de 350 vatios de potencia, que a menudo oscilan entre 450 vatios y 750 vatios o más. Para garantizar un funcionamiento estable y seguro, es recomendable consultar los requisitos de potencia específicos de la tarjeta de vatios mínimos y elegir una fuente de alimentación que cumpla o supere estos requisitos. Una fuente de alimentación de mayor potencia proporciona margen para las demandas máximas de energía y posibles actualizaciones.