El principal suministro de energía suele ser proporcionado por centrales eléctricas que generan electricidad a través de diversos medios, como combustibles fósiles (carbón, gas natural), energía nuclear, fuentes de energía renovables (solar, eólica, hidroeléctrica) o biomasa. Estas centrales eléctricas convierten la energía en electricidad, que luego se transmite a través de líneas de transmisión de alto voltaje hasta las subestaciones. En las subestaciones, el voltaje se reduce a niveles más bajos adecuados para la distribución a hogares y empresas.
La fuente de alimentación principal se caracteriza por su voltaje y frecuencia. En la mayoría de los países, el voltaje estándar para uso residencial y comercial es de 120 voltios (V) o 240 V, mientras que la frecuencia estándar es de 50 hercios (Hz) o 60 Hz. Sin embargo, estos valores pueden variar en diferentes regiones y países.