1. Costo y complejidad:
* Costo: Construir un procesador único y extremadamente potente es increíblemente costoso. Necesitaría invertir en materiales de vanguardia, técnicas de fabricación especializadas y sistemas de enfriamiento complejos. Múltiples estaciones de trabajo, aunque aún requieren inversión, pueden ser más rentables, especialmente a medida que los avances tecnológicos y los componentes se vuelven más baratos.
* Complejidad: Diseñar un solo procesador para manejar cargas de trabajo masivas requiere una complejidad extrema, lo que dificulta desarrollar, depurar y mantener. Múltiples estaciones de trabajo, por otro lado, pueden ser más simples de administrar y actualizar individualmente.
2. Escalabilidad y flexibilidad:
* escalabilidad: Con múltiples estaciones de trabajo, puede escalar fácilmente su potencia informática agregando más máquinas. Esto es esencial para manejar cargas de trabajo fluctuantes o crecimiento futuro. Sin embargo, un solo procesador tiene una capacidad fija y no se puede escalar fácilmente.
* Flexibilidad: Se pueden especializar diferentes estaciones de trabajo para tareas específicas, lo que le permite optimizar sus recursos para diferentes cargas de trabajo. Por ejemplo, puede tener estaciones de trabajo dedicadas a la representación gráfica, simulaciones científicas o análisis de datos.
3. Redundancia y tolerancia a fallas:
* Redundancia: Múltiples estaciones de trabajo ofrecen redundancia. Si una máquina falla, las otras pueden recoger la holgura, asegurando la operación continua. Un solo procesador crearía un solo punto de falla, dejándolo vulnerable al tiempo de inactividad.
* Tolerancia a fallas: Con múltiples estaciones de trabajo, puede diseñar una tolerancia a fallas. Si un componente falla, se puede reemplazar o reparar sin reducir todo el sistema. Esto es crucial para aplicaciones críticas donde el tiempo de inactividad es inaceptable.
4. Consumo de energía y disipación de calor:
* potencia: Concentrar toda la potencia informática en un solo procesador requeriría un inmenso consumo de energía, potencialmente exceder las fuentes de energía disponibles.
* Heat: Un solo procesador potente generaría un calor sustancial, que requiere sistemas de enfriamiento complejos y costosos. Las estaciones de trabajo distribuidas extienden la carga de calor y reducen los requisitos de enfriamiento.
5. Software y ecosistema:
* Desarrollo de software: El software diseñado para el procesamiento paralelo puede aprovechar múltiples estaciones de trabajo, logrando velocidades significativas. Muchas aplicaciones científicas y de ingeniería ya están diseñadas para ejecutarse en grupos de computadoras.
* ecosistema: El ecosistema de software y herramientas para la informática distribuida está bien desarrollado, ofreciendo un soporte robusto para el procesamiento paralelo.
En conclusión:
Si bien un solo procesador poderoso puede parecer tentador, las ventajas de la computación paralela con múltiples estaciones de trabajo superan los inconvenientes en la mayoría de los escenarios. El costo, la escalabilidad, la flexibilidad, la redundancia y el soporte de software ofrecido por los sistemas distribuidos los convierten en la opción preferida para exigir cargas de trabajo computacionales.