Escucha activa: Bríndeles la oportunidad de expresar su frustración sin interrupciones. Validar los sentimientos antes de ofrecer soluciones.
Empatizar: Reconozca los puntos débiles del cliente y hágale saber que comprende su problema.
Manténgase profesional: Mantenga la compostura cuando el cliente se vuelva demasiado vocal. Sea cortés y respetuoso en todo momento.
Aislar problema clave: Haga preguntas relevantes para comprender el núcleo del problema.
Ofrecer resolución inmediata: Una vez identificado el problema, presente cualquier solución o solución alternativa (si es posible).
Documente la llamada: Registre los detalles pertinentes de la conversación para referencia futura.
Actualizaciones periódicas de estado( Si es un proceso largo):Mantener al cliente actualizado sobre el estado de su queja.