- Humos tóxicos:Cuando los cables de red se queman, liberan humos tóxicos que pueden ser peligrosos para la salud humana. Estos vapores pueden causar irritación en los ojos, la nariz y la garganta, así como problemas respiratorios como tos, sibilancias y dificultad para respirar. En algunos casos, la exposición a estos vapores puede incluso provocar la muerte.
- Propagación del fuego:Los cables de red pueden actuar como conducto para que el fuego se propague por todo un edificio. Cuando los cables se agrupan, crean un camino para que el fuego viaje rápida y fácilmente de un área a otra. Esto puede dificultar que los bomberos controlen y extingan el incendio, y también puede provocar grandes daños al edificio.
- Peligros eléctricos:los cables de red dañados pueden crear peligros eléctricos que pueden suponer un riesgo de descarga eléctrica o electrocución. Esto puede ser particularmente peligroso si los cables todavía están conectados a tomas de corriente u otros equipos eléctricos.
Para mitigar estos peligros, es importante seguir las pautas adecuadas de seguridad contra incendios al instalar y mantener los cables de red. Esto incluye el uso de cables resistentes al fuego e instalarlos de manera que minimice el riesgo de daños o exposición al calor. Además, es importante contar con un plan para lidiar con los cables de red en caso de incendio, como desconectarlos de las fuentes de energía y asegurarse de que no bloqueen las salidas ni obstaculicen los esfuerzos de extinción de incendios.