Fresco y seco: Guarde los productos secos en un lugar fresco y seco, como una despensa o un armario. Evite áreas expuestas a la luz solar directa o fuentes de calor, como encima de la estufa o cerca del lavavajillas.
Contenedores herméticos: Transfiera los productos secos de su embalaje original a recipientes herméticos. Esto ayudará a mantenerlos frescos y evitará la contaminación por plagas y humedad.
Método FIFO: Utilice el método "Primero en entrar, primero en salir" (FIFO) para gestionar sus productos secos. Utilice primero los artículos más antiguos para evitar que caduquen y se desperdicien.
Fechas de vencimiento: Verifique las fechas de vencimiento de los productos secos y deseche los artículos que hayan pasado su fecha de vencimiento.
Inspección periódica: Inspeccione los productos secos con regularidad para detectar signos de deterioro, como moho, insectos o un olor desagradable. Deseche cualquier artículo estropeado.