Para crear un volumen distribuido, necesitará utilizar una utilidad de administración de discos, como la herramienta Administración de discos en Windows o la Utilidad de discos en macOS. El proceso de creación de un volumen distribuido variará según el sistema operativo que esté utilizando.
Una vez creado el volumen distribuido, puede utilizarlo como cualquier otro disco duro. Puede almacenar archivos en él, crear carpetas e instalar aplicaciones. La única diferencia es que el volumen distribuido aparecerá como un solo disco, aunque en realidad esté formado por varios discos duros.
Los volúmenes distribuidos pueden ser una forma conveniente de aumentar la capacidad de almacenamiento de su computadora sin tener que comprar un disco duro nuevo. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los volúmenes distribuidos no son tan confiables como los volúmenes de una sola unidad. Si uno de los discos duros de un volumen distribuido falla, perderá el acceso a todos los datos del volumen.
Por este motivo, es importante realizar copias de seguridad de sus datos con regularidad si utiliza un volumen distribuido.