Durabilidad y longevidad: El metal es menos propenso al desgaste en comparación con el plástico, lo que hace que la carcasa sea más resistente a los daños y garantiza una vida útil más larga del PC.
Blindaje contra interferencias electromagnéticas (EMI): La carcasa metálica actúa como una jaula de Faraday, bloqueando y mitigando las interferencias electromagnéticas de fuentes internas y externas, protegiendo así los componentes electrónicos sensibles.
Disipación de calor: Muchos metales, como el aluminio, tienen buena conductividad térmica, lo que permite que el calor generado por los componentes internos se disipe de manera más eficiente, favoreciendo una mejor refrigeración y evitando el sobrecalentamiento.
Estética: Las carcasas de metal tienen una apariencia refinada y profesional, lo que puede atraer a los usuarios que priorizan la estética en la construcción de sus PC.