1. Ajusta la altura de tu silla. Tus pies deben estar apoyados en el suelo y tus muslos deben estar paralelos al suelo.
2. Ajusta el respaldo de tu silla. El respaldo de su silla debe soportar su espalda baja y usted debe poder reclinarse ligeramente.
3. Utilice una almohada de apoyo lumbar. Una almohada de soporte lumbar puede ayudar a llenar el espacio entre la zona lumbar y el respaldo de la silla y brindar apoyo adicional.
4. Levántate y muévete con frecuencia. Es importante levantarse y moverse cada 20 a 30 minutos para ayudar a prevenir la rigidez y el dolor.
5. Elija una silla diseñada para sus necesidades. Hay muchos tipos diferentes de sillas en el mercado, por lo que es importante elegir una que esté diseñada para tus necesidades específicas. Por ejemplo, si tiene dolor de espalda, es posible que desee elegir una silla con soporte lumbar incorporado.
Siguiendo estos consejos, podrás ayudar a que tu silla sea más cómoda y reducir el riesgo de dolor.