Sin embargo, es importante entender que la ley de Moore no es una predicción estricta. Es más un principio rector que se ha mantenido cierto durante varias décadas. Hay muchos factores que influyen en la capacidad de la CPU, y no se garantiza que continúe duplicando indefinidamente.
Factores que han influido en los aumentos de la capacidad de la CPU:
* Densidad del transistor: Este es el principal impulsor de la ley de Moore. A medida que los transistores se hacen más pequeños, se pueden empacar más en un chip, aumentando su potencia de procesamiento.
* Arquitectura: Los avances en la arquitectura de la CPU, como la tubería, el procesamiento paralelo y los diseños de múltiples núcleos, también han contribuido a un mayor rendimiento.
* Velocidad del reloj: El aumento de la velocidad del reloj de una CPU también mejora su potencia de procesamiento.
* Tecnología de proceso: Las mejoras en los procesos de fabricación, como la fotolitografía, han permitido la creación de transistores más pequeños y más eficientes.
Desafíos para continuar duplicando:
* Limitaciones físicas: Los transistores se acercan al tamaño de los átomos, lo que hace que sea cada vez más difícil continuar reduciéndolos.
* Disipación de calor: A medida que los transistores se empacan más densamente, la disipación de calor se convierte en un gran desafío.
* Costo: El costo de desarrollar y fabricar CPU avanzadas está aumentando constantemente.
En lugar de centrarse en duplicar, la industria ahora está explorando estrategias alternativas:
* Arquitecturas especializadas: Desarrollo de CPU optimizadas para tareas específicas, como AI o procesamiento de gráficos.
* Computación heterogénea: Combinando diferentes tipos de procesadores, como CPU, GPU y aceleradores de IA especializados, para maximizar el rendimiento.
* Computación cuántica: Explorando paradigmas de computación completamente nuevos basados en la mecánica cuántica.
Si bien la ley de Moore puede no ser cierta en su forma original indefinidamente, la búsqueda de un mayor poder informático continúa. La industria está encontrando nuevas formas de mejorar el rendimiento y la eficiencia, incluso si no sucede al ritmo exacto predicho por la ley de Moore.