En los primeros tiempos de la informática, las velocidades de reloj de los procesadores se medían en megahercios (MHz). A medida que aumentaron las velocidades de reloj, la industria pasó a los gigahercios (GHz). Hoy en día, la mayoría de los procesadores tienen velocidades de reloj en el rango de los gigahercios.
Sin embargo, todavía hay algunos procesadores más antiguos que utilizan velocidades de reloj de megahercios. Estos procesadores suelen encontrarse en computadoras o sistemas integrados más antiguos.
Al comparar procesadores, es importante considerar la velocidad del reloj, así como otros factores como la cantidad de núcleos, el tamaño de la caché y el consumo de energía.