Sin embargo, hay algunos casos en los que es posible que un procesador más nuevo deba admitir una tecnología más antigua. Por ejemplo, si un nuevo procesador está diseñado para usarse en un sistema que también contiene componentes más antiguos, es posible que el procesador necesite poder comunicarse con esos componentes utilizando la tecnología más antigua. En estos casos, el procesador normalmente incluye una capa de emulación de hardware o software que le permite admitir la tecnología más antigua.
Sin embargo, en la mayoría de los casos, los procesadores más nuevos no son compatibles con tecnologías más antiguas. Esto permite que los procesadores sean más eficientes y se centren en los últimos avances informáticos.