* Número de núcleos: Un procesador con más núcleos puede manejar más tareas simultáneamente.
* Tamaño de caché: El caché es una pequeña cantidad de memoria de alta velocidad que puede almacenar datos e instrucciones a los que se accede con frecuencia. Una caché más grande puede mejorar el rendimiento al reducir la cantidad de veces que el procesador necesita acceder a la memoria principal.
* Microarquitectura: La microarquitectura se refiere al diseño del propio procesador. Algunas microarquitecturas son más eficientes que otras y pueden lograr un mayor rendimiento a la misma velocidad de reloj.
En general, una velocidad de reloj más alta es mejor, pero sólo hasta cierto punto. Las mejoras de rendimiento más notables suelen encontrarse entre 2,0 GHz y 3,0 GHz. Después de 3,0 GHz, los beneficios de rendimiento de velocidades de reloj más altas comienzan a disminuir y otros factores se vuelven más importantes.
En la mayoría de los casos, un procesador de doble núcleo a 1,5 GHz será más eficiente que un procesador de un solo núcleo a 3,0 GHz. El procesador de doble núcleo puede manejar más tareas simultáneamente y esto puede conducir a un mejor rendimiento general. Sin embargo, si sólo ejecuta aplicaciones o juegos de un solo subproceso, entonces un procesador de un solo núcleo de 3,0 GHz puede ser una mejor opción.
En última instancia, el mejor procesador para usted dependerá de sus necesidades específicas y de su presupuesto.