Por ejemplo, la supercomputadora Fugaku, desarrollada por el Centro RIKEN de Ciencias Computacionales de Japón, tiene un rendimiento máximo de 415,5 petaflops y cada uno de sus nodos está equipado con un procesador Fujitsu A64FX con una velocidad de reloj de 2,2 GHz.
Otro ejemplo notable es la supercomputadora Summit ubicada en el Laboratorio Nacional Oak Ridge en Estados Unidos. Tiene un rendimiento máximo de 200 petaflops y utiliza procesadores IBM POWER9 con velocidades de reloj de hasta 3,07 GHz.
Es importante tener en cuenta que estas cifras representan el rendimiento máximo teórico de los sistemas y el rendimiento sostenido real puede variar según la carga de trabajo y otros factores. Además, la velocidad del procesador de una supercomputadora es sólo un aspecto de su rendimiento general, y otros factores como el ancho de banda de la memoria, la capacidad de almacenamiento y la conectividad de la red también desempeñan un papel importante a la hora de determinar sus capacidades.