El término "velocidad de reloj" se utiliza para referirse a la velocidad de una CPU. La velocidad del reloj se mide en gigahercios (GHz) y se refiere a la cantidad de ciclos por segundo que puede ejecutar la CPU. Cuanto mayor sea la velocidad del reloj, más rápido podrá procesar los datos la CPU. Sin embargo, la velocidad del reloj no es el único factor que afecta el rendimiento de la CPU. Otros factores, como el número de núcleos y el tamaño de la caché, también juegan un papel importante.