Los ciclos biogeoquímicos pueden ayudar a controlar el clima local. Los bosques, por ejemplo, desempeñan un papel importante en la regulación de la temperatura de la Tierra al absorber dióxido de carbono de la atmósfera y liberar oxígeno. Este proceso se conoce como secuestro de carbono. Los bosques también ayudan a regular el ciclo del agua almacenando agua en el suelo y liberándola lentamente a la atmósfera mediante la transpiración. Esto ayuda a prevenir inundaciones y sequías.
Mejora de la calidad del agua
Los ciclos biogeoquímicos pueden ayudar a mejorar la calidad del agua. Los humedales, por ejemplo, actúan como filtros naturales, eliminando los contaminantes del agua y liberando agua limpia al medio ambiente. Este proceso se conoce como biofiltración. Los humedales también ayudan a controlar las inundaciones y la erosión.
Mejora de la fertilidad del suelo
Los ciclos biogeoquímicos pueden ayudar a mejorar la fertilidad del suelo. La descomposición de la materia orgánica por bacterias y hongos libera nutrientes en el suelo, que las plantas pueden utilizar para crecer. Este proceso se conoce como ciclo de nutrientes.
Desglose de contaminantes
Los ciclos biogeoquímicos pueden ayudar a descomponer los contaminantes. Algunas bacterias, por ejemplo, pueden descomponer los contaminantes orgánicos y convertirlos en sustancias inofensivas. Este proceso se conoce como biodegradación. La biodegradación puede ayudar a limpiar el suelo y el agua contaminados.
Además de estos beneficios locales, los ciclos biogeoquímicos también desempeñan un papel vital en el clima global y la salud del planeta en su conjunto.