Las impresoras fotográficas normalmente no utilizan cartuchos de tinta normales. En su lugar, utilizan cartuchos de tinta especializados diseñados para imprimir fotografías de alta calidad. Estos cartuchos suelen contener tintas a base de pigmentos, que son más resistentes a la decoloración y proporcionan gamas de colores más amplias que las tintas a base de tintes que se utilizan en los cartuchos de tinta normales. Además, las impresoras fotográficas suelen utilizar varios cartuchos de tinta para diferentes colores, incluidos cian claro, magenta claro y gris, para producir transiciones de color suaves y tonos de piel precisos.