Los chips de computadora están hechos principalmente de silicio, que es el segundo elemento más abundante en la corteza terrestre, después del oxígeno. El silicio se encuentra comúnmente en la arena y otras fuentes naturales, lo que lo hace ampliamente disponible para la fabricación de chips.
Además, la industria de los semiconductores ha innovado y desarrollado continuamente nuevas técnicas para optimizar el uso del silicio y minimizar el desperdicio de material. Por ejemplo, avances como el apilamiento de chips 3D, diseños de transistores más pequeños y procesos de fabricación mejorados han ayudado a reducir la cantidad de silicio necesaria por chip.
Además, la industria de los semiconductores también ha explorado materiales alternativos más allá del silicio, como el arseniuro de galio, el germanio y los nanotubos de carbono. Estos materiales tienen diferentes propiedades y pueden ofrecer beneficios potenciales, incluido un mejor rendimiento y un menor consumo de energía.
Por lo tanto, si bien la gestión de recursos y las prácticas sostenibles son esenciales en la industria de los semiconductores, la idea de quedarse sin material para fabricar chips de computadora no es una preocupación importante en este momento.