La idea errónea podría surgir porque los monitores LCD se han vuelto más comunes en los últimos años debido a sus numerosas ventajas, como ser más delgados, más eficientes energéticamente y producir menos reflejos en comparación con los monitores CRT. Esto ha llevado a la disponibilidad generalizada de monitores LCD con resoluciones más altas, lo que hace que parezca que la tecnología LCD ofrece inherentemente una mejor resolución.
En realidad, tanto los monitores LCD como los CRT pueden admitir varias resoluciones, y sus respectivas resoluciones máximas dependen de los modelos específicos y las especificaciones de su panel o tubo. Los monitores CRT solían dominar el mercado de aplicaciones de alta resolución, especialmente en entornos profesionales, pero la tecnología LCD ha avanzado significativamente y ahora puede alcanzar resoluciones comparables o incluso superiores.
En última instancia, la resolución de un monitor depende del panel o tubo de visualización utilizado y no de la tecnología subyacente (LCD o CRT). Ambos tipos de monitores pueden lograr una resolución excelente y la elección entre ellos a menudo depende de preferencias individuales y requisitos de aplicación específicos.