Ni los monitores ni las pantallas LCD (pantallas de cristal líquido) son inherentemente malos para la vista. Sin embargo, el uso prolongado de estos dispositivos sin las precauciones adecuadas puede forzar la vista y provocar diversos problemas relacionados con los ojos. Tanto los monitores como las pantallas LCD emiten luz azul que, en grandes cantidades, puede contribuir a la fatiga visual digital o al síndrome de visión por computadora (CVS). Los síntomas del CVS pueden incluir visión borrosa, ojos secos, fatiga, dolores de cabeza y dolor de cuello. Es importante tomar descansos frecuentes, ajustar el brillo de la pantalla y la temperatura del color y mantener una distancia de visualización adecuada, que varía según el tamaño y la resolución de la pantalla. Además, ajustar la iluminación de la habitación para evitar deslumbramientos y reflejos en la pantalla también puede ayudar a reducir la fatiga visual. Siempre es recomendable seguir la regla 20-20-20 (mirar algo a 20 pies de distancia durante 20 segundos cada 20 minutos) y consultar a un oftalmólogo si persisten las molestias oculares.