1. Resolución: Los monitores CRT tienen una resolución fija, que está determinada por la cantidad de píxeles de la pantalla. La resolución se mide en píxeles por pulgada (ppi) y cuanto mayor sea el ppi, más nítida será la imagen.
2. Frecuencia de actualización: La frecuencia de actualización de un monitor CRT se mide en Hercios (Hz) y se refiere a la cantidad de veces por segundo que se vuelve a dibujar la pantalla. Una frecuencia de actualización más alta reduce el parpadeo y mejora la experiencia de visualización general.
3. Precisión del color: Los monitores CRT suelen tener una buena precisión de color y pueden mostrar una amplia gama de colores. Sin embargo, la precisión del color puede variar según la calidad del monitor y la configuración de calibración.
4. Brillo y Contraste: Los monitores CRT tienen configuraciones de brillo y contraste ajustables, lo que permite a los usuarios ajustar la pantalla según sus preferencias.
5. Ángulo de visión: Los monitores CRT tienen un ángulo de visión limitado, lo que significa que la calidad de la imagen puede deteriorarse si se mira desde un ángulo. El mejor ángulo de visión suele ser directamente delante del monitor.
6. Tamaño y peso: Los monitores CRT suelen ser más grandes y pesados que otros tipos de monitores, ya que requieren un tubo de vidrio grande para producir la imagen.
7. Consumo de energía: Los monitores CRT consumen más energía en comparación con otros tipos de monitores, como los monitores LCD o LED.
8. Tiempo de respuesta: Los monitores CRT tienen un tiempo de respuesta relativamente lento en comparación con otros tipos de monitores, lo que puede provocar imágenes borrosas o imágenes fantasma en juegos o vídeos de ritmo rápido.
9. Consideraciones ambientales: Los monitores CRT contienen materiales nocivos como plomo y mercurio, y su eliminación requiere especial cuidado para minimizar el impacto ambiental.